Maratón de Sevilla
2014. ¡¡Pleno Lomítico!!, por Oscar Sáez
No pintaba muy bien la cosa, tanto entreno, tantas series
parecían que lo echaba todo por la borda, y justo antes del maratón. Los
masajes del amigo Miguel Gallego – gracias otra vez – lo dejaba todo en el aire.
El maratón de Sevilla
es uno de los grandes objetivos del año para los compañeros del Lomitos Running
Team, esta temporada, guiados nuevamente por nuestro Trainer Daniel y su
completo plan de entrenos, plan que hemos seguido en lo posible unos y a tope otros.El fin de semana lo teníamos al completo. Para comenzar, un
buen desayuno en el camino, su tostadita, su manteca colorá, todos acompañados
de nuestras familias, mujeres y niños. Fue una alegría ver a nuestra amiga
Luisi con buen aspecto y mejor ánimo… Ya en Sevilla recogida de dorsales en la
feria del corredor y a dejar el equipaje en el hotel. La concentración del
equipo exigía un buen almuerzo, y al igual que el año anterior, casi todos escogimos
un típico bar sevillano, con sus típicas tapas y su típica cerveza, de pie y en
la barra, justo lo contrario de lo que se debe hacer el día antes de una
carrera como esta.
Madrugón y sin haber dormido por los nervios o lo que sea,
al que le siguió un buen desayuno en el hotel. El domingo amanecía con 8ºC, el
doble que el año anterior. Muchas ganas y muchos ánimos. Repetíamos maratón
Óscar Sáez, Manolo Pareja, Bernardo De Saro, David Navarrete, Javier Rondón y
Paco Beato y estrenaban distancia Daniel, Antonio Pelayo, David Santana y
Miguel Cabeza. No pudieron venir este año David Aller y Juanma Pérez – se os
echó de menos, amigos -. Nos acompañó en la maratón el amigo Sergio Ruiz, que
en esta temporada se ha estrenado en media maratón y ahora se atreve con este
Miura. También faltó nuestro bloguero preferido, Emilio Checa y familia, se
nota su ausencia.
Ya en el estadio de La Cartuja, el guardarropa estaba mejor
organizado que el año anterior, sin colas ni agobios, así que todo iba como
estaba previsto. En estos momentos el subidón es notable, te duele lo que no
dolía antes, bebes sin sed, y los nervios te pueden. Nos encaminamos a la
salida, este año 9000 éramos los que tomábamos las calles de la capital, los
cajones de salida por tiempos, muy bien organizados. En la salida nos animamos
y deseamos suerte, y sin darnos cuenta se dio la salida. Al contrario que el
año anterior, nos disgregamos en varios grupos. Miguel desapareció un rato
antes de la salida para adelantarse y buscar mejores tiempos. Daniel cogió la
delantera del grupo y cogió su propio ritmo también. Bernardo, Manolo, Sergio y
Oscar salimos a 5:00 - 5:15 el kilómetro,
y más atrás quedaron Javier, Pelayo, Paco, David Santana y David Navarrete. En
el kilómetro 15, Sergio bajó un poco el ritmo y lo perdí de vista. Veíamos como
poco a poco, el globo de las 3:45’ en meta se acercaba, y como lo pasábamos. En
ese punto, ya estaba mejor que el año anterior – 3:52’ en meta - y mis compañeros también mejoraban su marca,
por el momento. En el medio maratón nos encontramos con el primer grupo de
música que amenizaba el día, Mercader de Sueños, gran voz que tiene Ángela y
buenos músicos que la acompañan. La verdad que ayuda bastante este tipo de
actuaciones en plena carrera.
Los tiempos en estos 21 kilómetros estaban siendo buenos, 1:50’, y el siguiente punto importante era el lugar donde esperaban nuestras familias, hacia el kilómetro 26, junto al Estadio Sánchez Pizjuan. Es una gran alegría parar un instante y abrazarlos, y ver cómo te animan. Ese momento no lo cambio por rebajar un minuto el cronómetro en la meta. Mentalmente, el maratón estaba hecho, aunque faltasen aún 16 kilómetros. Mi mecanismo es un tanto complicado. Comienzo las carreras muy frio, y me cuesta entrar en ella. Curiosamente, la primera media maratón no lo pasé muy bien, pero la segunda, eso es otra historia. Íbamos juntos Manolo, Bernardo y yo, con el tiempo bastante controlado, cuidándonos, dándonos consejos, pasándonos el agua y los dátiles de Bernardo, pero en el 31 les “pedí” permiso y tiré con la idea de ir a 5:00 minutos el kilómetro. Nos deseamos suerte y nos citamos en meta, al fin y al cabo, estas carreras dependen de uno mismo, y el dolor es personal, o la debacle o el triunfo. Lo cierto es que me crecí, me veía bien, no dolía nada, ni mi gemelo me avisaba, ni mis cuádriceps endurecidos tampoco. Fui adelantando corredores, saludando al público, con muchas ganas y mucha confianza. El centro de Sevilla estaba precioso, sus monumentos y calles, con mucha luz y mucha gente que animaba, sobre todo a las corredoras. Sigo pensando que es la mejor manera de hacer turismo por una ciudad como esta. El angosto recorrido hacía que por algunas calles solo cupiésemos 2 corredores en paralelo, ya que se formaban estrechos pasillos de personas que gritaban sin cesar, al más puro estilo puerto de montaña en el Tour de Francia. Los grupos de Rock nos animaban sin parar, y me permití un “guitarreo” en el 35... ¡¡Estaba fuera de mí!! Sobre el kilómetro 37 vi un estilo de correr familiar.¡¡ Era Daniel!! Había bajado un poco el ritmo, o yo aumentado el mío. Lo alcancé y le invité a seguir, pero sé que en esas circunstancias es muy complicado, y no pudo acompañarme. Fue una lástima porque me hubiera gustado su compañía, pero cada uno elige su estrategia, y a mí la de salir rápido no me va muy bien, de menos a más es como me siento a gusto, a mi ritmo. De ahí hasta meta fue un suspiro, el parque del Alamillo un trámite y por más que busqué el famoso muro para derribarlo, ese día no quiso nada conmigo, sigo sin encontrarlo – mejor así- .
Solo quedaba la entrada triunfal al estadio, en un esprint a menos de 4:00 el kilómetro y dándolo todo, con el puño en alto y adelantando por fuera, saludando al público donde se que están mis incondicionales Candela, Óscar Iván y Susi… ¡¡Va por ellos!!
Mi tiempo en meta,
una anécdota, 3:35’50”. Ya en la zona de llegada y tras el arco de meta, esperé
a mis compañeros, algo que me gusta hacer siempre por respeto y por amistad,
tantas horas de entreno juntos merece ese detalle. Mientras, al sol sevillano
que ya calentaba, estaban los profesionales, sobre la yerba, esperando
relajados desde más de 1 hora al momento de la subida al pódium.
Daniel llegó a meta y
no lo vi, se fue rápidamente al túnel. Si pude ver entrar y abrazar a Manolo,
Bernardo y Javier, todos unos campeones. Al rato, y ya cambiado pude saludar al
resto de compañeros y sobre todo a mis niños y a Susi, artos de correr por
Sevilla para animarme.
El maratón se queda atrás, con sus momentos duros y sus
alegrías, y con la sensación grata del trabajo bien hecho. Volvimos a hacer
pleno, 10 de 10 Lomitos, además de Sergio, que en su estreno como maratoniano
demostró que con cabeza siempre se puede. Pero como esto no para, ya estamos
con el siguiente objetivo de la temporada, cada uno el suyo: Susana en la II
Trail de Montejaque, Miguel con sus medias maratones y Manolo, Javier,
Bernardo, David Aller y Oscar no terminamos aquí, hacemos un breve parón para
recuperar fuerzas y ganas, que los 101 de Ronda nos espera en categoría marcha,
aunque eso solo serán argumentos para nuevas entradas del blog.
Buena crónica Óscar y gracias a Bernardo por la organización hotelera.
ResponderEliminarGracias Miguel. Espero tu participación en el Blog con algún tema, tienes mucho que aportar.
ResponderEliminarFelicicidades a todos por vuestras marcas y sobre todo por terminar un maratón. Espero seguir compartinedo entrenos y carreras con vosotros. Muy buena crónica.
ResponderEliminarUn abrazo para todos los lomitos.